La inusual mercancía que intercambió provino de un arbusto de varias especies casi todas clasificadas bajo el género científico Amyris, que en la República Dominicana le llaman guaconejo y en creole haitiano bwa chandèl (leña de candela). La madera de esta planta se somete a un proceso de destilación para extraer un aceite esencial –parecido al sándalo de la India– utilizado en la elaboración de perfumes, jabones y otros productos. También se le atribuyen propiedades terapéuticas y cosméticas. Desde el siglo pasado Haití es un productor relevante de aceites esenciales. El país se ha considerado de las fuentes más importantes del mundo de aceite de alta calidad extraído de la planta vetiver (conocida en Dominicana como pachulí). En 2016, la consultora internacional Grupo ETC reportó que 60,000 personas en ese país dependen del vetiver para sus ingresos, siendo desconocido cuántos lo hacen del guaconejo. La industria haitiana de aceites esenciales se ha nutrido en menor medida y con altibajos de guaconejo, limoncillo y naranja amarga –o agria– como materia prima. Pero la severa deforestación en ese país, especialmente para hacer carbón, impactó en sus recursos. Aunque no hay datos de cuánto se ha afectado, reportes y conocedores del negocio consultados en ambos países coinciden en que proviene desde la República Dominicana toda la madera para extraer aceite de Amyris que Haití procesa desde hace años (hay quienes estiman más de 10 años). El guaconejo se contrabandea pese a que cinco especies endémicas y nativas del arbusto están en la Lista Roja de la Flora Vascular Dominicana, presentada en 2016. En Pedernales se ha documentado la existencia de varias especies, como Amyris elemifera, Amyris balsamifera y la endémica Amyris granulata, que en ese inventario tiene el estado de En Peligro. En la provincia y en las fronterizas Independencia, Elías Piña y Montecristi también hay de la especie nativa Amyris diatrypa, igualmente En Peligro. El uso de aceites esenciales es milenario. En la Biblia se menciona que tras la muerte de Jesús, Nicodemo llevó un compuesto de mirra y aloes para el cuerpo de Cristo. El Observatory of Economic Complexity del Instituto de Tecnología de Massachusetts, que compila bases de datos mundiales, registra que en 2016 las exportaciones globales de aceites esenciales movieron más de U$4 mil millones.
LONDRES. Científicos de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos (NOAA) han detectado una desaceleración en la reducción de emisiones de clorofluorocarbonos (CFCs) a la atmósfera desde 2012 de hasta el 50 %.
Este estudio, publicado en la revista científica Nature, refleja que el aumento en las emisiones de CFCs -aquellos gases contaminantes utilizados en la industria de la refrigeración y en los aerosoles- ha sido provocado por “nuevas fuentes de producción”.
La emisión de estos gases afecta al incremento del agujero de la capa de ozono y, por consiguiente, a la aceleración del cambio climático.
La extensión máxima del agujero en 2017, alcanzada en septiembre, fue de 19,6 millones de kilómetros cuadrados -2,5 veces la superficie de EE.UU.-, según los cálculos de la NASA, corroborados por la asociación oceánica NOAA, mientras que la media desde 1991 ha sido de 26 millones de kilómetros cuadrados.
Para evitar el incremento del agujero, se planteó el protocolo de Montreal, mediante el cual se establecieron mecanismos para reducir la abundancia de gases perjudiciales para la atmósfera como los CFCs.
El estudio, liderado por el investigador Stephen Montzka, demuestra que la tasa de disminución de la concentración de CFCs en la atmósfera se ha reducido en un 50 % a partir de 2012, en tanto que, en el período comprendido entre 2002 y 2012, se mantuvo constante.
“Este incremento no está relacionado con las labores de producción pasada, si no que sugiere que está enlazado con una nueva producción que no ha sido reportada y que no concuerda con el protocolo de Montreal”, señaló el estudio.
Hace 31 años, la importancia de la capa de ozono llevó a que la comunidad internacional firmara este acuerdo sobre las sustancias dañinas para la capa de ozono, con objeto de regular este tipo de compuestos.
Se espera que para el año 2070 el agujero haya recuperado los niveles de 1980.
El ozono actúa como un elemento esencial en la atmósfera, una capa protectora natural a altas altitudes ante las radiaciones ultravioletas dañinas para los humanos y las plantas.
Fuente: Diario Libre