Rumiando entre el metano del ganado y el CO2 del cemento
SANTO DOMINGO.El ganado doméstico representa la primera variable que se toma en cuenta en los estudios nacionales que miden las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sector Agrícola, responsable del 12.9% (6.8 millones) de las 36.1 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e) que conforma la huella de carbono nacional.
Vacas, cerdos, chivos, ovejas o aves de corral se suman en el inventario por el metano y el dióxido nitroso que emana del manejo de su estiércol y por sus procesos digestivos o fermentación entérica.
Las vacas tienen el primer lugar en emisión de metano por fermentación entérica, con 133.4 gigagramos (Gg) de un total de 209.4; mientras las aves de corral toman la delantera en el manejo de estiércol, con 3.6 de los 8.6 Gg, dentro de un sector que mantiene una tendencia al alza y donde la falta de normativas y programas impiden una reducción significativa.
La Tercera Comunicación Nacional para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2014-2017, un inventario de GEI que se realiza bajo la coordinación del Consejo Nacional para el Cambio Climático, muestra que el sector Agrícola pasó de 2.2 millones de toneladas de CO2e en el año 1990 a 5.7 millones en el 2000 y a 6.8 millones en 2010.
Dicho sector, conocido como Afolu (que comprende agricultura, forestal, uso y cambio de uso de suelo) generó 220.9 toneladas de metano, de las que 190.1 toneladas correspondieron al sector ganadero.
En segundo lugar se encuentra el cultivo de arroz con 18.3 toneladas y el aprovechamiento del estiércol con 12.5 toneladas.
La emisión total de metano llega a 438.2 toneladas, conforme el inventario que mide sólo el dióxido de carbono, metano y dióxido nitroso en Agricultura, pues no hubo disponibilidad de datos para calcular otros GEI como el monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) o el dióxido de azufre (SOx).
A nivel mundial, la producción ganadera fue responsable de 8.1 gigatoneladas (8 mil millones de toneladas) de CO2e en 2010, y el ganado vacuno fue responsable del 62% con 5,0 gigatoneladas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).
“América Latina y el Caribe tienen el nivel de emisión más alto (1.9 gigatoneladas de CO2-eq), impulsado por la producción especializada de carne de vacuno. A pesar de haberse reducido drásticamente en los últimos años, el cambio de usos del suelo en el pasado contribuye a las elevadas emisiones de CO2 relacionadas con la deforestación y la expansión de pastizales”, dice la FAO.
Con reservas sobre el impacto de las emisiones, los ganaderos entienden que hace falta regulaciones y políticas estatales para mejorar la producción.
“Se ha querido satanizar al sector, pero el daño que pueda causar la ganadería al calentamiento global es poco, hay cosas que producen mucho más daño al medio ambiente”, expone Miguel Laureano, presidente de la Asociación de Ganaderos de Hato Mayor. En esta provincia del este se concentra alrededor del 40% del ganado vacuno del país.
“La ganadería de nosotros es prácticamente orgánica, en su gran mayoría es extensiva, y nosotros somos los que más reforestamos”, insiste Laureano, que calcula unas 250 mil tareas dedicadas a pasto.
Aunque no hay censos actuales del ganado, se calculan unos 800 millones de litros de leche al año, según datos de la Dirección General de Ganadería que al 2017 tenía identificadas unas 2.5 cabezas de ganado.
Los ganaderos del este calculan una producción de carne de unos 40 animales (450 kilos) diarios.
Fuente: DIario Libre